No soy tuya.
No he sentido tu piel, ni he respirado tu silencio.
Tus labios, no los he mordido aún.
Tu lengua, no me ha recorrido todavía.
No eres mío.
No soy yo la que te da los buenos días al otro lado de la almohada.
Mis uñas no se han aferrado a tu espalda.
Mi sangre no ha hervido por sentirte tan cerca.
Todavía no nos hemos leído poesía a media noche.
Ni he llorado a mares después de tú y yo discutir.
No te he secuestrado a algún lugar nuevo.
No me he quedado dormida en tu cuello.
No te he susurrado despacio que te quiero.
Aún no me he perdido mirándote mientras manejas.
Tampoco he imaginado una vida contigo.
No me has cantado al oído.
No te he bailado descalza.
No hay un nosotros.
No hemos planeado un viaje al otro lado del mundo.
Ni has limpiado mis lágrimas cuando me rompo.
No te he contemplado mientras duermes.
No he cuidado de tus sueños.
Todavía no nos besamos debajo de las sábanas.
Tampoco hemos brindado con mi tinto favorito.
No he visto tus pupilas brillar al mirarme.
Ni he gritado con fuerza por tanta plenitud a tu lado.
Aún ignoras cuántos lunares tengo.
Y no has visto cómo lucen mis pies después de mucho bailar.
No he esperado despierta hasta saber que llegas con bien a casa.
Ni te has visto en la necesidad de comprar una caja para guardar todas mis cartas.
No sabemos lo que es dejar de contenernos.
No sabemos lo que es amarnos. Todavía no.
Todo eso que aún no ha sucedido, lo quiero.
Lo quiero contigo.